Las ratas vieron a Dios por Rob Thomas

3 – Buen libro

Rats Saw God, de Rob Thomas, cuenta una historia multidimensional de una de las únicas maneras en que puede hacerlo una novela escrita en primera persona: haciendo que el narrador escriba una historia dentro del libro. Casi inmediatamente, el lector ya sabe dónde empieza y termina el viaje del protagonista. Primero encontramos a Steve York en la oficina del consejero Jeff DeMuoy en San Diego, donde le dicen que el crédito de inglés que le falta le impide graduarse. Unas páginas más tarde, Steve está en Houston, ansioso por comenzar sus años de instituto. El efecto es chocante hasta que se revela que para compensar el crédito de inglés que le falta, Steve puede escribir un trabajo de 100 páginas sobre cualquier cosa. Su tema de elección es simplemente cómo ha llegado a este punto, de estudiante de sobresaliente a suspender. Dentro de la ironía dramática reside la tensión y el contenido emocional, y en última instancia demuestra que el viaje es más importante que el destino.

Steve York escribe sobre sus primeros años de instituto en Houston, donde su padre astronauta se instaló tras el divorcio, la madre de Steve huyó a San Diego. El elenco incluye a los miembros de la Orden de Gracia de los Dadaístas, los artistas no conformistas reunidos por el mejor amigo de Steve, Doug. Entre los miembros está Wanda, también conocida como Dub, la chica que pone todo en marcha. Mientras Steve escribe sobre su pasado en Houston, se inspira para buscar más respuestas en San Diego, ayudado por su hermana, Sarah, y su nueva novia, Allison. El texto explora los temas de la adolescencia, la rebelión, el amor y la infidelidad, todo ello con el telón de fondo de mediados de los años 90, con referencias a la cultura pop y acontecimientos históricos.

El libro es corto y fácil de leer, lo que puedo apreciar; no se alarga mucho, aunque gran parte de la historia se va construyendo hacia el clímax. Con el clímax llega una especie de giro argumental que ciega tus emociones, aunque creas saber lo que va a pasar. Es provocador, filosófico y real, desde la perspectiva de un estudiante de secundaria ficticio. Sin embargo, muchos de estos elementos positivos llegan demasiado tarde en la historia, lo que hace que cualquier lector impaciente se vea obligado a dejarlo antes de que remonte. Por eso le doy a Rats Saw God un 3/5. Se lo recomendaría a cualquier adolescente que sienta que no sabe exactamente hacia dónde va, porque este libro le dice que todo va a salir bien.